IL TERMOPOLIO


Il Termopolio es el ejemplo perfecto de que la excelencia viene en envase pequeño, de que la sencillez es un placer aún por descubrir y de que comer es mucho más que tragar, es una comunión con el Arte y con la Vida…


Un día cualquiera, caminas por Málaga huyendo de los típicos locales atestados de gente, del ruido, de la misma oferta diaria. Y, por buscar ese sitio que te han dicho que está muy bien, te equivocas de calle y sin quererlo apareces en Calle Beatas, y en vez de volver sigues andando por ella. Pasas como si nada por lo que parece el escaparate de una tienda de productos italianos, pero te vuelves y observas detenidamente ese local que parece nuevo. Y descubres que no es una tienda, sino que es un restaurante. Entras y compruebas que es una Ristobottega.

La música clásica te embriaga, la exposición de productos y fotografías te obligan a echar un vistazo, y el aroma a comida de verdad hace que te sientes, a ver qué pasa. Estás en el 29 de Calle Beatas, estás en Il Termopolio. Un restaurante que es como un charco que pisas en un descuido y que te sumerge en un mar de sensaciones que creías perdidas.
Todo, absolutamente todo, en Il Termopolio, apela a los sentidos.

La Vista hace su agosto ante la exquisitez de un local pequeño aprovechado milimétricamente. Muros blancos, mobiliario en tonos oscuros, mantelería de un gris jaspeado soberbia. A tu izquierda el contraste lo provoca el expositor de vinos, pastas, arroces, conservas y otros productos a la venta. Todo italiano, por supuesto. A la derecha el juego de colores está a cargo de una selección de fotografías que es una mini exposición sobre Gastronomía italiana. En el centro solo ocho mesas para comensales, ¿para qué más? Según avanzas por un suelo de mosaicos, que te recuerdan una antigua domus, observas esa mesa que parece la mesa de la nonna con una trituradora de carne por ahí, unas conservas por allá, algunos vinos, pasta, canastillas con ajos. Luego otra similar con unos frascos de pasta por ahí, racimos de tomates por allá, esas botellas de vino, esos detalles. El frigorífico expositor de quesos y embutidos. La cortadora antigua de embutidos. Todo parece casual, todo parece estar allí porque, bueno, lo dejaron en un descuido. Pero no, el equilibrio reina hasta en esas esquinas semiescondidas donde, por casualidad, se ha colado una lámpara de luz tenue y disimulada. Al final del recorrido, la cocina. A la vista. Y ves al Maestro, Leo Bertinotti, Chef y Propietario, dando forma a sus creaciones. En Sala te recibe Andrea Giacon, que te conduce a una mesa. Alejandro al mando de la cortadora, o en Cocina, o en Sala, donde haga falta. Te sientas y empieza el espectáculo.

El Oído se relaja con la música clásica que, de forma serena, ameniza el ambiente y te permite comenzar esa buena conversación que tenías pendiente.
El Olfato sí que está de suerte, los aromas que vienen de la cocina te abren el apetito. Es olor a COMIDA con mayúsculas, a pasión, a historia, seguro que no olías nada igual desde cuándo? Desde aquella comilona en casa de tu abuela?
El Tacto se suma a la suerte del Olfato. Desde el pan hasta ese embutido que te puedes comer con los dedos son un placer para tus manos.
Y el Gusto, bueno, el Gusto se ha ganado la lotería.


“En la antigua Roma, un termopolio era un establecimiento comercial en el que podían comprarse alimentos listos para comer. 
Se considera el antepasado de los restaurantes actuales, comparándose a veces  los alimentos que servían con la comida rápida moderna.”


Nos permitimos darte un consejo, no vayas a Il Termopolio pensando que vas a vivir lo de siempre cuando vas a un restaurante. Abre tu mente y déjate llevar. No hay carta, no hay camareros con camisa blanca y corbata negra. Todos los días hay platos diferentes. Todo es italiano, hasta el agua. Y sobre todo: es un lugar en el que se respeta el tiempo para comer, no hay prisas. El acto de comer, como el de cocinar, requiere un tiempo de adagio.
En tu mesa pueden sorprenderte con un aperitivo de la casa compuesto por setas o champiñones en conserva -casera- acompañados por los mejores tomates que puedas probar en tu vida u otra cosa que Leo considere acorde a ese día. Nunca se sabe, nada está predeterminado en este lugar. Si ya te conocen te arrancan una sonrisa cuando el aperitivo resulta ser un plato de tu embutido favorito. Andrea te propone los entrantes, Vitello Tonnato? Insalata con Mozarella? Burrata?, un surtido de embutidos italianos mortadela+coppa+porchetta+salame, tal vez un surtido de quesos? Pero no te relajes y aprovecha el momento para probar todo lo que puedas, porque es posible que la próxima vez que vayas la oferta ya sea otra.

¿Plato principal? Andrea seguro que te ofrece la especialidad que Leo ha preparado ese día, una pasta o un risotto cocinados siguiendo recetas tradicionales. Puedes tomar solo uno de ellos, o hacer una degustación de ambos. Y ten en cuenta algo muy importante, allí alla putanesca es alla putanesca, all’arrabbiata es all’arrabbiata, si el risotto es con trufa, lo es, y si es funghi porcini, lo es también. El respeto por las recetas tradicionales, su historia y su desarrollo, hacen que te enfrentes a ese plato casi con devoción. Pero, como te hemos dicho, no te relajes, y pruébalo todo, porque esos platos no se repiten cada día. Mañana te sorprenderán con otros y así sucesivamente. GASTROCULAR ha cenado allí 10 veces y cada vez ha sido una experiencia nueva y apasionante, un viaje para los sentidos.
Y con respecto a su bodega, bueno… preparaos, desde un Chianti Classico Riserva Banti, a un Barolo Riserva Giribaldi, hasta un Edizione Cinque Autoctoni Fantini. ¿No los has probado todavía? Pues prepara tu espíritu, con cada sorbo te sentirás bendecido. Que no bebes vino, no pasa nada, cerveza Moretti.

Leo Bertinotti

(Chef y Propietario)


Todo en Il Termopolio es sencillez, calidad y peculiaridad. Los mejores ingredientes para los mejores platos, que son los más simples pero los mejor preparados. Di no al aburrimiento y sí al pepperoncino. Di no a los protocolos y sí a una atención informal pero personalizada que te engancha con ese acento italiano. Di sí a la relación máxima calidad y precio. Sencillamente di sí a Il Termopolio y déjate llevar por la filosofía de Leo Bertinotti.
Y recuerda, cuando  pruebes un plato en Il Termopolio te darás cuenta de que, efectivamente, de algún modo, en algún momento, te has elevado sobre este mundo para alcanzar un estado de gracia.

La entrevista que Leo Bertinotti y Andrea Giacon concedieron a GASTROCULAR es mucho más que una entrevista, es una declaración de principios y una lección de filosofía gastronómica. Traten de leerla escuchando ese característico acento italiano en el español. Déjense llevar por las reflexiones y el llamamiento a los sentidos de Leo. Básicamente: degusten cada palabra.
Solo eso, y nada más.


GASTROCULAR: ¿Qué tal si empezamos por hablar un poco sobre vuestra trayectoria, cómo empezaron en el mundo de la Gastronomía, por qué esto y no otra cosa…?

Risas. Leo Bertinotti reflexiona, Andrea Giacon sonríe. En Il Termopolio hay un tiempo para todo. Podríamos decir que hasta las respuestas se cocinan a fuego muy pero que muy lento.

Leo Bertinotti: Yo hice una carrera universitaria, Sociología Política, en la Universidad de Trento, y tuve un profesor que tenía un restaurante que solo abría por la noche. Te estoy hablando de hace muchos tiempo, yo tenía 19 o 20 años. Para este hombre el restaurante era un hobby y un pasatiempo… entonces yo empecé a trabajar con él por las noches. Él era propietario y el cocinero. Ahí fue cuando comenzó a interesarme la gastronomía, la cocina, etc. Cuando terminé la carrera hice una serie de viajes por Italia para conocer la gastronomía de varias regiones, luego comencé a viajar por el extranjero con el mismo fin, pero siempre trabajando, sacando mi vida adelante.
Viví unos años en Portugal. Luego quise ir a Liechtenstein, pero antes decidí pasar por España y quedarme un tiempo, una semana o así. Un día, paseando por Madrid, por la calle Fernando el Santo, encontré un local que me gustó mucho por la zona y el ambiente. Un local muy pequeño. Y lo cogí, hice algunas reformas y quedó algo similar a Il Termopolio, pero solo con 4 o 5 mesas. Eso sí, la misma filosofía de ahora, nada de carta, solo uno o dos platos que cambian cada día. Allí estuve desde 1998 hasta 2008.
Dejé ese restaurante y volví a Italia, a Sicilia, para trabajar con vinos. Y volví a España en 2015.
Tuve la idea de abrir algo y empezar otra vez, vi un local en Sevilla, entre la calle Sierpes y Tetuán. Era un local muy pero que muy interesante, pero tuve muchos problemas a nivel contrato, licencia del Ayuntamiento, etc. Y como el tema iba para largo decidí venir a Málaga, a la Costa del Sol. Málaga me parece una ciudad muy activa… gente, turismo, movimiento. Y este fue el primer local que vi y lo cogí. Era un espacio completamente diáfano, solo cuatro paredes en un edificio antiguo. Lo he reconstruido. Una reforma total… y entre la reforma, licencia de apertura y todo, abrimos las puertas el 15 de diciembre de 2016. La misma filosofía de siempre, pocos platos que cambian cada día, pero trabajando con ingredientes frescos de primerísima calidad. Fiel a la cocina italiana, a las recetas clásicas, sin alterarlas. NO a la complicación de los platos.
Risas
Con Andrea nos conocimos porque yo tenía abierto esto y estaba buscando personal. Él ha sido el primer empleado de Il Termopolio. Ahora somos tres: Andrea, Alejandro y yo. Alejandro más bien en Cocina y Andrea en Sala, pero somos polifacéticos, cuando es necesario todos estamos en todos lados.

G: ¿Y tú Andrea, cómo empezaste en esto?

Andrea Giacon: Yo diría que el amor por la comida y la gastronomía nacieron conmigo, como ocurre con la mayoría de los italianos.
Risas
De niño, en casa, mirando a la nonna o a la mamma cocinando, primero. Luego, creciendo te vas apasionando y conociendo comidas, gustos, sabores y contrastes.
En el negocio de la Gastronomía empecé en Argentina, en Buenos Aires, en 2012. Estudié Cocina y, paralelamente, con un amigo organizábamos fiestas italianas en el barrio de Palermo. Alquilábamos un lugar y ofrecíamos aperitivos y tragos italianos, a modo de fiestas privadas. Luego me casé y me vine a vivir a Málaga, llegué hace un año y aquí estoy. Desde diciembre en Il Termopolio.

G: ¿Para ti qué es un buen restaurante? ¿En qué consiste?

Andrea Giacon: Para mí, este es un excelente restaurante.
Risas
Sí, por el hecho de que, primero que nada, es un lugar en el que puedes pasar un buen rato, disfrutar de la comida. Puedes dejarte llevar por ella mientras descubres sabores y cosas nuevas. Como cuando lees un buen libro o ves una buena película. Un buen restaurante es aquel que te brinda la posibilidad de disfrutar, tanto de una buena comida como de su entorno.

G: Leo, cuando creaste y abriste Il Termopolio lo hiciste por ambición, dinero, pasión por la comida… ¿Cuál fue tu principal interés?

Leo Bertinotti: Bueno, no se trata solamente de Il Termopolio, es mejor, si me permites, corregir la pregunta.
Risas
Porque Termopolio no es ni será el último de mis restaurantes, de mis actividades en el sentido de “apertura de local”. Es mejor volver atrás, a esos períodos que te conté cuando terminé la Universidad…
Cuando comencé a trabajar en el restaurante de mi profesor, y luego, cuando comencé a desarrollar mis ideas, nunca pensé en la parte económica, nunca. Yo empecé en esto puramente porque me gustaba. No pensaba en si me iba a dar poco dinero o mucho dinero o ninguno. Quería visualizarme en lo que quería ser. Como cuando alguien elige ser pintor, o barbero, o arquitecto, o lo que sea… al menos ese es mi punto de vista. En el comienzo nunca tuve en cuenta la dimensión económica. Soy un convencido de que si haces algo debes hacerlo de la forma más perfecta posible, o todo o nada… bueno, es que soy muy perfeccionista…
Risas
Todo debe ser perfecto. También soy un convencido de que cuando quieres algo bueno, cuando de verdad deseas una cosa, al final la tienes. Si tienes fe en algo, al final triunfas.
Yo pienso que una persona siempre puede triunfar. Claro que vivimos en un mundo en el que la parte económica siempre está presente, siempre lo ha estado, ¡desde el primer del ser humano! Pero no nos debemos confundir, el componente económico no es un objetivo, solo es un medio. Sea lo que sea o a lo que se dedique una persona, siempre puede vivir bien y de manera digna, con todas las dimensiones que la dignidad implica.
Soy una persona politizada al extremo, conozco muy bien y me informo permanentemente del mundo en el que estoy viviendo. Me sensibilizo mucho con lo que está pasando, conozco muy bien el mundo en el que vivimos. Por lo tanto, Gastronomía… qué…
Sabemos que cada plato que nace en cada país tiene unas raíces culturales, y cuando hablamos de Cultura… bueno!! Cultura es una categoría multidimensional: Historia, Geografía, Antropología, Sociología… es todo. Luego Gastronomía es un arte global, porque, al igual que el cine, engloba a todas las artes en ella. Ahora bien, un plato es un Arte Efímero, eso dicen, pero lo es en apariencia, porque si preparas un plato es arte desde que lo piensas hasta que alguien lo consume. Pero, entonces, preparas otro plato igual, y ocurre lo mismo. Y si lo piensas bien, ese plato es aparentemente efímero, tan solo es físicamente efímero, ya que la idea de ese plato es el resultado de una historia cultural que engloba muchas cuestiones y que viene de un pasado que está ahí. Los ingredientes de un plato son un conjunto de fenómenos sociales, ambientales, políticos y mucho más. De ese modo, quien quiera entrar en el mundo de la Gastronomía debe conocer el mundo en el que vive, su arte, su historia…
Cuando tú te metes a cocinar un plato debes prepararte mentalmente. Yo no trabajo “a la Carta”, con todo ya predeterminado… lo típico: hay esto y esto y lo otro. Yo me voy a dormir pensando que al día siguiente tengo que preparar un plato nuevo y eso requiere una preparación mental. En consecuencia, no tomo en consideración el factor económico. Cuando creo un plato, a veces, puedo venderlo a un precio muy bajo, otra veces no. Cocino lo que tengo que cocinar, sin mirar a derecha o a izquierda.
Soy muy exigente, en todo. Con la gente que trabaja conmigo también, muchas veces se aburren y me aguantan a duras penas.
Risas
Además, hay cosas que no se pueden explicar en Gastronomía… ¿por qué haces esto?, ¡no se sabe! Es un modo de vivir. Para mí, la Gastronomía y mi vida personal son una. Por ejemplo, eso de “me tomo un mes de vacaciones y desconecto de todo”… NO! Yo nunca me voy de vacaciones. No tengo porqué desconectar. Trabajo 18 horas por día, es mi vida, tengo que estudiar muy bien qué platos voy a ofrecer.
Mi cocina es muy tradicional, no tiene nada que ver con la Nueva Cocina o con la Cocina de Vanguardia. Pocos platos pero a conciencia y partiendo de la idea de que los ingredientes son importantísimos, tanto en su composición como en calidad. Me gusta mucho el modelo rústico de gastronomía, la herencia de nuestros abuelos, de los pastores, de los campesinos.
La Cocina, al final, es eso, sorprender solo con unos Spaghetti al Pomodoro, para mí uno de los mejores platos del mundo. Y claro!, nos enfrentamos a lo siguiente: ingrediente principal el tomate. Y cuando hablamos de tomates nos enfrentamos a una problemática interminable, que si las variedades, que si el origen, podríamos hablar horas sobre ello. Siempre tengo problemas con mis proveedores de tomate.
Risas
Pienso que uno de los motivos por los que la Cocina Italiana se internacionalizó fue por su sencillez a la par que su peculiaridad, ambas características crean pasión en la Gastronomía. Puedes encontrar restaurantes italianos en todo el mundo. es una cocina que trabaja todo tipo de ingredientes. Aquí me gustaría puntualizar que al italiano le gusta mucho el picante, pero aquí en España la gente no está acostumbrada a él. Tú puedes reunir algunas verduras, por ejemplo berenjenas, tomates y aceitunas, y en el aderezo agregar algo de pepperoncino. Pues bien, a veces la gente piensa que esa guindilla estropea el sabor, pero es al revés, lo exalta. Ahí radica la sencillez y la peculiaridad de esta cocina. En definitiva, la Cocina Italiana es compatible con cualquier paladar.

G: Obviamente hablamos de una sencillez aparente…

Risas

Leo Bertinotti: ¡Claro! Insisto, lo principal es cocinar con ingredientes de primerísima categoría. Debemos seleccionar un muy buen tomate, un excelente aceite, una verdadera pimienta negra. Pimienta negra… ahhhhh… puedes usar cualquiera, cualquier marca, pero el resultado no será igual, debes usar una pimienta que huela y sepa a pimienta.
Risas
La Cocina Italiana requiere ingredientes sencillos pero que son sensibles a su grado de calidad. Bueno, y ya ni hablar de las hierbas aromáticas… Mira, con un buen buen tomate, un buen buen aceite y una buena pero buena albahaca puedes crear una salsa de tomate excepcional que a todo el mundo le gustará… excepto, claro, a aquellos que no les gustan estos ingredientes.

Risas

G: ¿Cómo surge la idea del estilo del local, la decoración…?

Leo Bertinotti: No es que haya surgido ahora, siempre ha sido así. Vamos a ver, no es que todos mis locales hayan sido iguales, no hablo en el sentido de franquicia. Cuando digo que el local que tuve en Sevilla fue igual a este no hablo de fotocopias, sino de filosofía. Mismos tonos, clásico pero informal. Sencillo y elegante. No quiero al personal con uniforme, con un trato demasiado formal al cliente. Quiero que cuando alguien venga a comer o a cenar se sienta como en su casa, o como en la casa de su abuela. Pero, lamentablemente, aunque una parte de la gente entiende esta perspectiva, la otra parte no, Si veis nuestras críticas en Internet… o nos odian o nos aman…

Risas

Andrea Giacon: No juzgues lo que no conoces…

G: Es verdad, la gente tiene la mala costumbre y el pésimo gusto de emitir críticas incluso cuando desconoce lo que está criticando… en fin… Risas
¿Cómo reacciona la gente cuando le decís que no hay Carta, y que, por ejemplo… no hay pizza?

Risas

Andrea Giacon: Bueno, hay gente que es más receptiva y se deja llevar por el recorrido gastronómico que proponemos. Otros se resisten, están acostumbrados a un protocolo típico, el sentarse a la mesa, ver la Carta, los precios… todas esas cosas que nosotros no somos. Aquellos que realmente disfrutan de Il Termopolio son los que se suben a nuestro tren y se dejan llevar mirando, disfrutando y viviendo el paisaje.

Leo Bertinotti: Hay gente que cuando le contamos nuestro modo de trabajar y le decimos que no hay Carta reacciona con un “¡Qué bueno! ¡A ver qué comemos hoy!”
Y claro, yo debo hacer una selección minuciosa de lo que voy a ofrecer, asumo una gran responsabilidad porque la gente deposita su confianza en nuestras manos y yo tengo la obligación de ofrecer lo mejor y que lo disfruten.
Otra gente no, reacciona de forma agresiva. Con los extranjeros nunca hemos tenido problemas.
Por ejemplo, una de las críticas que recibimos es que “clavamos en los precios”… y no es así. Luego, esa gente va a cualquier sitio y pide un refresco que en el supermercado cuesta céntimos y se lo cobran casi el 100% más de su valor, o piden una botella de Lambrusco cualquiera que cuesta 1,50 €  y se lo cobran a 15 €… y no dicen nada!! Nadie se queja ni critica.
Risas
La gente no se da cuenta de eso, de que paga una barbaridad por cualquier cosa sin fundamento. Pero luego se quejan por el precio de un buen plato…
Al hilo de esto, yo creo que la gente va a un restaurante por dos motivos. Algunos trabajan, tienen una hora para comer, van a cualquier restaurante y comen lo que sea. Otros seleccionan el local para tener una buena comida o una buena cena. Se fijan en la comida, la sala, la música, el personal… como si fueras al teatro o a la ópera. Es gente que quiere disfrutar de todo.

G: Por ejemplo, ¿hoy qué habéis ofrecido?

Leo Bertinotti: Hoy de principal hemos tenido Parpadelle con Ragú de Osobuco. Y como entrantes Vitello Tonnato, ensaladas y nuestra selección de quesos y embutidos italianos. También productos nuevos como quesos de autor, esta semana ha llegado un queso curado en whisky y otro en hojas de castaña que son maravillosos. Debo decir que nuestros entrantes, sobre todo quesos y embutidos, innovadores en cuanto a la materia prima, no van a la mesa tal cual llegan, son alimentos que aquí transformamos adaptándolos a nuestra filosofía.
También nos gusta maridar nuestros platos con una buena oferta enológica, vinos de todas las regiones italianas.
Es decir, siempre ofrecemos recetas clásicas. Incluso los platos que creo yo siempre tienen historia y pasado, porque para crearlos vuelvo al origen y a la tradición.

G: ¿Por qué tiene que venir la gente a Il Termopolio?

Leo Bertinotti: Bueno, no somos un restaurante para venir si solo tienes 20 minutos para comer. Somos un restaurante para que la gente que venga disfrute, saboree y pruebe platos y vinos auténticamente italianos. Para pasar una o dos horas entre amigos o familia, comiendo, charlando, bebiendo y fumando.

G: Aparte de Il Termopolio, ¿cuál es tu restaurante favorito de Málaga, cuál recomendarías?

Leo Bertinotti: No te puedo decir nada porque llevo en Málaga desde el pasado octubre, abrí Il Termopolio en diciembre y nunca he comido en ningún restaurante de la ciudad. Carcajadas generales… Al margen de las risas, sí quiero hacer un viaje gastronómico por la región y por España. Pero más adelante, cuando esto esté organizado.

Leo Bertinotti & Andrea Giacon


Entre risas y más comentarios nos despedimos. Llega un conocido de la casa y nos explica qué es un termopolio. Decimos adiós y nos marchamos a concertar otra entrevista… pero la idea de una buena cena nos ronda la cabeza. 
Casi media hora después volvemos y subimos al séptimo cielo del placer gastronómico con una Ensalada de Tomates, Olivas y Albahaca; acompañada de un plato de Coppa  a la Pimienta Negra; seguido de un plato de Queso Macerado al Whisky con Mermelada de Pepperoncino; todo ello coronado con sendos platos de Parpadelle al Ragú de Osobuco. Para beber: Etna Rosso Benanti, vino tinto obtenido a partir de uvas criadas en tierras con residuos volcánicos. Una vez más abandonamos Il Termopolio, esta vez en éxtasis. 
Es que no solo tomamos tomates, tomamos los mejores tomates; no solo era coppa con pimienta negra, era coppa con la mejor pimienta negra; la combinación de ese queso y esa mermelada tenéis que probarla; ni qué decir de la pasta con un ragú que llegó a su punto tras 6 horas de cocción… Solo dos palabras: Il Termopolio. No busquéis más.


MENÚ GASTROCULAR BY LEO BERTINOTTI


ETNA ROSSO BENANTI



COPPA

A LA PIMIENTA NEGRA



ENSALADA DE TOMATES,

OLIVAS Y ALBAHACA



QUESO MACERADO EN WHISKY

CON MERMELADA DE PEPPERONCINO



PARPADELLE

CON RAGÚ DE OSOBUCO




IL TERMOPOLIO
C/ Beatas 29
Málaga
Spain

Reservas: 00 34 952642966

Facebook Page

100% GASTROCULAR

 



GALERÍA DE IMÁGENES

¿Puedes valorar tu experiencia en IL TERMOPOLIO? ¿Gracias?

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *